domingo, 7 de octubre de 2012

Rosario superviviente


En lo que fue la casa de los Pardos en Castejón de Tornos, ese 27 de septiembre hay un gran revuelo, allí Emerenciana está a punto de alumbrar a su primera hija, el primer parto en la casa desde que hace diecisiete años naciera Fermina hermana de la parturienta, pero la alegría se mezcla con el temor a lo que tantas veces ocurría, la muerte de la madre del bebe o de ambas, pero nace María del Rosario, destinada a ser una mujer fuerte y de carácter, pero ante todo una superviviente, la mortandad infantil que no entendía de casas se cebo con León y Emerenciana, de diez hijos, sólo sobrevivirían la mayor y la antepenúltima. Gracias al trabajo de los que les precedieron, la familia tenía una buena posición en el pueblo, como ella misma decía “su padre tenia criados e iba a los toros a Calatayud”. El 7 de Enero de 1936, la hija del “Castellano” casa con Pedro Pescador, comienza la etapa de esposa en momentos difíciles para España, en aquel verano comenzará la incruenta guerra que separa al joven matrimonio y que a punto estuvo de acabar con la vida de toda la familia, reunida en la vieja casa de los Pardos, aquella noche en que encendidos por el odio y la envidia, algunos paisanos pretendieron prender fuego a la casa con todos los que dentro estaban, por suerte en el último instante se hizo la cordura y no prendieron las llamas. En 1937 nacería la primera hija Carmen, a la que seguirían Miguel, Isabel, Emerenciana, Pilar, León y Pedro José, el dolor llegaría con la muerte de Isabel.
La familia se traslada a Zaragoza, a la Torre del Ojo, junto al Canal y Quinta Julieta, donde cree que tendrá más oportunidades en especial para los hijos, pero como desafío a la suerte, quiere que su hijo pequeño nazca en el hogar paterno, a pesar de sus cerca de 42 años y seis partos emprende un viaje en tren y caballería por las vías de los primeros cincuenta, pero logrará su objetivo.
En Zaragoza Rosario lejos de las comodidades del hogar paterno, habrá de trabajar y luchar para sacar a su familia adelante, andará por campos y caminos hasta la plaza de las Canteras, para allí tomar el tranvía hasta el Mercado Central y luego el regreso a la Torre cargada con la compra, pasa el tiempo y casa la hija mayor, la familia dejará la Torre para acercarse más al barrio primero un piso y luego una parcela allí fallecería Pedro, dicen que feliz por tener un nieto que perduraría su apellido no así los tuyos que al igual que su madre y abuela se integrarían en su nueva familia.
Comienza así su última etapa, los temblores del parkinson, ver casados a todos sus hijos, el mudar por sus casas, sus diferencias, el crecer de los nietos de los hijos, incluso ver casar a su nieto mayor y saber que iba a ser bisabuela pero tras el último placer, buen taco de escabeche, moras de caramelo y caja roja, llego el infortunio, una rotura de cadera, sería el comienzo del fin de tu estancia física entre nosotros, a pesar de no gustarle debe ingresar en un hospital, para expirar unos días después, quizás su única pena no haber visto nacer a su bisnieta.
Un beso Abuela.

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